¿Qué es la imaginación?

¡Buenas a todos opinadores! Este es el segundo texto corto que publico, ésta vez es en castellano, como suelen serlo mis entradas en el blog. No voy a andarme con muchos rodeos, simplemente informo que este texto fue escrito para un trabajo escolar, y que principalmente es una reflexión personal. Un pequeño ensayo en el que, simplemente, muestro mi opinión, así que no, no hay movimiento temporal, no es una narración ni es una fascinante historia. Pero sí que es una parte importante de la propia historia de mi vida, la imaginación; y os prometo que ha sido bastante complicado finalizar este texto de un modo que más o menos me guste.

Solo me queda decir que espero que te guste, seas quien seas. ¡Y agradecería muchísimo cualquier comentario u opinión!

Solo imagina

Justo ahora me preguntaba dónde habría llegado la raza humana si otros hubieran tenido siempre tan poca imaginación como yo hoy. Un tema. Un tema para una redacción. Cualquiera. El número de posibilidades es infinito. Tal vez es esto lo que limita mi imaginación ahora mismo. Tal vez no sea tan estúpida. Puede, y solo puede, que simplemente no pueda decidirme a escoger entre la gran variedad de posibilidades que se muestran ante mí. Todas dispuestas a llegar a ser grandes cosas únicamente si les aplico un poquito de mi imaginación. Es como si estuviera insinuando que un exceso de libertad fuera a resultar en la falta de ésta, ¿verdad? Qué ridiculez parece una vez escrito, y, aún así, no puede evitar sentir que tiene su parte de certeza, porque ahora mismo siento que me estoy condicionando a mí misma.

Aunque de eso no venía a hablar. De hecho, creo recordar que no hablaba de nada. Simplemente estaba mostrando mi falta de... un momento. ¡Imaginación! ¡Claro! ¡Será posible! Soy incapaz de imaginar-dichosa la ironía-un tema más complejo y con más importancia emocional para mí que ese. 

¡La bendita imaginación! La que, si se me permite decirlo, espero que me alimente en un futuro.Vale, vamos a empezar, como en toda buena redacción, por el comienzo; pues me atrevo a sospechar que la última frase puede haber descolocado a alguno. Antes que nada, voy a ir en busca de la definición que cualquier diccionario nos daría del término “imaginación”. Y no voy a mentiros, voy a hacerlo con la intención de desmentir esas afirmaciones, pues, lo parezca o no, estar en desacuerdo con la visión aceptada socialmente de algo es uno de mis pasatiempos favoritos.

Dice, nuestro buen amigo Internet sobre la imaginación:

Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales.

No, no me termina de convencer, aunque tiene su parte de verdad.

Aprensión falsa o juicio de algo que no hay en realidad o no tiene fundamento.

Definitivamente no es la imagen de la imaginación que tenía en mente tratar hoy. No.

Imagen formada por la fantasía.

Me gusta. Es bien cierta y me ha traído a la mente los últimos libros que he terminado de leer, lo cual, en general, suele ser buena señal. Aún así, me parece insuficiente.

Facilidad para formar nuevas ideas, nuevos proyectos, etc.

¡Genial! Más o menos ahí quería llegar. De eso hablaba yo. De la imaginación de la que carecía al empezar el texto.

 Pero eso me lleva a una nueva cuestión: ¿puede la imaginación ir y venir? 

Muchos la considerarían una parte de la personalidad. Pero sin embargo hay días en los que, simplemente, por mucho que uno se estruje la cabeza las ideas no acuden al rescate. Aunque eso tal vez recibiría otro nombre: inspiración. La inspiración está con nosotros en los días en los que sabemos como usar nuestra imaginación innata. 

Sí, innata.Ahora voy a meterme tal vez en terreno delicado, porque no puede de ningún modo con los medios inexistentes de los que dispongo, demostrar esta teoría, pero, sinceramente, no creo en que haya quien tiene más imaginación que otro. Solo existe el que sabe usarla mejor o, en semejanza, quien ha sido capaz de conservarla. El que no ha dejado que el camino hacia una madurez cada vez mayor arruine su creatividad.

Y ahora me siento narcisista, así que voy a decir algo que deje claro ese sentimiento: me considero una de esas personas afortunadas. 

Tal vez sea porque siempre he soñado, como ya he dicho, en que mi imaginación sea capaz de alimentarme. O tal vez simplemente sea porque sé que la imaginación es algo que debe conservarse y cultivarse. Quien tiene una idea clara de imaginación, por ese mero hecho, ya tiene una buena imaginación. Eso sería verdad, supongo. Pero entonces también debería serlo que aquel que comprende la belleza es bello, lo cual, de ningún modo, puedo tachar de verdad.

Sin embargo sí es cierto que me siento sensible a la imaginación. La quiero, la adoro, me parece la más potente arma de cualquier humano. Es por ello que creo que poseo una buena imaginación; porque la aprecio. Le doy importancia y me gusta pensar que es la mejor parte de mi persona.Y sé que, quien tenga una personalidad que nimiamente se asemeje a mía debe comprender lo importante que es. Debe saber lo que se siento cuando cierras los ojos y sabes que puedes viajar a lugares donde todo puede ser perfecto. Incluso aunque imagines un lugar horrible puede seguir siendo perfecto. Y lo es porque es tuyo, tú lo controlas. Y lo que me parece más fascinante todavía es que, a pesar de que uno tiene pleno control de lo que imagina, no siempre es como si supiera lo que va a pasar en el lugar al que su mente le ha llevado. 

A veces nos encontramos pensando en cosas que no habríamos planeado nunca imaginar. En esos momentos a mí me gusta coger cualquier libreta y un lápiz e intentar conservar el regalo que mi imaginación me ha dado sin previo aviso. Y me parece un momento mágico.

Seguramente me lo parece porque quiero ser escritora. Puede sonar a cambio completo de la temática. Incluso a un repentino ataque de egocentrismo, un grito de atención o algo por el estilo. Lo que sea. El caso es que siento que lo que ha condicionado la temática del texto ha sido precisamente ese hecho. Quiero escribir. Y ganarme la vida con ello. 

Des de la primera vez que realmente disfruté una lectura, a partir del día en que cerré ese primer libro lo decidí. Quiero explotar mi imaginación, quiero llevar a la gente a esos lugares perfectamente imperfectos de los que hablaba antes. 

Y, como ya iba comentando antes, por eso me parece la imaginación la más potente arma humana. La imaginación siempre ha sido la clave para aquéllos que han propuesto brillantes ideas que, en su momento, podrían haber sido tachadas de descaradas, e incluso estúpidas, cuando, en realidad, simplemente eran nuevas. 

Y eran nuevas porque la imaginación del ser humano era lo que las había traído a la vida.

¿Dónde estaría nuestro mundo si nunca nadie hubiera imaginado nuevos modos de vivir? 

Para mí hay algo claro, algo que seguramente muchos han descubierto antes que yo. Y es que, curiosa y casi diría mágicamente, la imaginación sirve para evadirse de la realidad y, a su vez, para ser consciente de ella, pues se necesita saber de una realidad antes de intentar cambiarla.

Y de hecho, visto así, la imaginación parece la clave de todo avance, de todo invento jamás creado en el mundo que conocemos. Sería correcto, pues, ver a quien ha cultivado bien su imaginación como alguien capaz de grandes cosas. Alguien de quien la humanidad depende para sobrevivir.

Veréis, dicen que el saber es poder, y es cierto. Pero para poder saber sobre algo hay que ser capaz de imaginar todo lo que ese algo supone. Por eso, para mí, en mi pequeño y bonito mundo, lleno de momentos en los que miro hacia la nada creando en mi cabeza miles de pequeños universos, siento que el poder de imaginar es lo que realmente da sentido a la vida. Si bien no, al menos a la mía.

¡Espero que más de uno haya disfrutado la lectura!

Besos, querido lector de estas palabras.

Nuuki

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